Cuando todo hacía suponer que el alguna vez glorioso futbol planexwerense había sucumbido para siempre hundido en la corrupción plena y la desidia de su vetusta dirigencia; aun cuando muchos aseguraban que sin aquellos viejos valores de antaño, nombres que llevaron el club a lo más alto (como “puntín” Micheloni, Julio
Pulito, “Vitamina” Edmundo, o la “saeta” Barrionuevo) el club seconvertiría en un mero recuerdo de algunos nostálgicos. A pesar de la poca fe que los socios vitalicios le tenían a las nuevas generaciones encarnadas en “locomotora” Vodanovich o “enorme” Re-Denzo (la nueva adquisición del club para la defensa de la vaya)… un día de esta primavera tardía apareció un email de Bilbao diciendo “vuelve el fútbol”, y así fue que en la tarde de ayer las pecheras rojas y negras volvieron a cruzarse, esférico mediante, en una azotea de la Av. Cabildo.
Si hay algo que no cambió en absoluto en el club, a pesar de la ilusión que tenían sus más acérrimos detractores, es la influencia del zar del futbol planexwerense, Jorge Julio Humberto Bilbao, que tras bambalinas sigue digitando los destinos de la institución. Su estilo violento, sobrador y pendenciero sigue intacto sobrevolando la atmósfera del club, con el poder suficiente para coaptar a jóvenes integrantes de las nuevas camadas (vaya a saber uno con qué promesas o, peor aún, con qué métodos intimidatorios) para le hagan el trabajo de reservar la cancha, recaudar la guita y hasta conseguir los jugadores para cada encuentro.
El tinglado de la azotea de la Av. Cabildo albergó a dos equipos desparejos (armados al antojo del
mandamás, donde, por supuesto, él salió beneficiado) pero vale decir que la distribución de históricos y nuevos valores se repartió con razonable paridad.
Así fue que la estrategia del equipo rojo fue hacer circular por los costados a Vodanovich y Ledesma, mientras Ariel pivoteaba por el medio y Fiorenzo desplegaba maniobras incomprensibles para confundir a la araña y colarle un par de
bolas, táctica que le rindió bastante, por cierto. Por el lado de los de pechera negra, Flavio tomó el
protagonismo, desplegando sus conocidas habilidades, revolcando adversarios y quemándole las
manos a Re-Denzo con tiros de media distancia.
Llevaba veinte minutos el encuentro cuando la circulación deficiente de oxígeno en el ambiente comenzó a producir estragos en algunos componentes, observables con extrema claridad en la calidad de sus despliegues físicos. Así fue el caso del debutante Ariel, una adquisición costosa del club que había generado gran expectativa: su casaca diabólica todavía no acusaba transpiración cuando comenzó a evidenciarse una conducta errante sobre el césped de caucho, que hizo preocupar no solo a la comisión directiva del club, sino también al personal paramédico apostado en las inmediaciones del estadio. “solo pido una nueva oportunidad” dicen que dijo el joven padre de gemelas “anoche las nenas lloraron toda la noche” se excusó. Trascendió que el club tendrá en consideración su particular situación.
La combinación del eficaz Flavio con otro debutante, Luis Villar, y la asistencia por el medio de otro histórico, el gran “Monstruito” Ortiz, más el juego rústico y malintencionado de Bilbao, fueron demoledores para un equipo rojo que empezó bien, con algo de brillo y paredes prometedoras que lograron goles bonitos, pero que pronto se diluyeron en pelotazos sin brújula de locomotora Vodanovich, que cuando no terminaron en la cancha de la lado, murieron en las manos de una inspirada araña. Paralelamente, la leyenda de la “chancha” Ledesma fue apenas la sombra de lo que alguna vez vimos en el Partenón de Floresta, y hasta dio un poco de pudor verlo pedir entrar un rato al arco para recuperar oxígeno. Pero claro, esto es apenas el arranque de una temporada, todo puede mejorar.
En el próximo encuentro el Zar promete que continuará el regreso de otras viejas glorias. En los pasillos del club se habla de que la saeta Barrionuevo, Cuachaca, Pulito e incluso el venezolano Oliveira ya firmaron y podrían ser de la próxima partida. También se dice que habrá una tanda de pibes recién salidos de la cantera.
Esto recién empieza. Ojalá la corrupción y la desidia no tiren por la borda otra vez los encuentros